lunes, 30 de enero de 2012

El Lugar de la Huída

Cuando llegué a Cholula hace ya casi tres años, no sentí un gran sentimiento de pérdida de hogar ni extrañé tanto mi casa, ni a mi familia. A mis amigos un poco, y los sigo extrañando, porque hacía muchas tonterías con ellos. Creo que en realidad estaba como que huyendo de mi casa y de mi ciudad en cierto modo...en una ciudad pequeña como Xalapa donde conoces a medio mundo no hay mucho futuro, y menos si quieres estudiar arqueología en una facultad donde casi nunca hay clases y casi todo el tiempo los alumnos se la pasan drogados en los pasillos.
Por eso llegué a El Lugar de la Huída. No hay un nombre más atinado para una ciudad que está activa desde hace casi 2500 años para alguien que está escapando...y más si casi todas las personas que conociste durante tus primeras semanas en la escuela y que siguen siendo tus amigos están aquí más o menos por el mismo motivo. Claro que no todo es de mi agrado por estos lares...demasiado ruido, demasiada gente desagradable...
Pero tampoco todo es horrible; he conocido muy buenos amigos, mi novia, he ido a lugares que nunca pensé ir, me va muy bien (por primera vez en mi vida) en la escuela.
Todo cambió en Cholula.

lunes, 23 de enero de 2012

La primera piedra

La primera vez siempre es la más difìcil y más si nunca te has preocupado por escribir para alguien que no seas tú mismo o en una conversación. Pero en algún momento tenía que pasar...
Lo que yo estudio, arqueología, se dedica a comprender la cultura humana del pasado a través de los restos materiales que va dejando, lo que generalmente es basura, porque son los desechos de los humanos de hace muchos años.
Lo primero y lo más sencillo que lograron hacer los primeros humanos era de piedra y mucho tiempo después de esto lo más complejo y maravilloso en lo que dejaron plasmada su cultura fue, de nuevo, la piedra. Espero no aburrir demasiado con esto, pero es necesario para entender el título de este blog.
No pienso sólo poner meras cosas académicas, porque sinceramente a mí tampoco me gusta andar leyendo puras cosas científicas todo el tiempo; como muestra, una canción: